Thursday, October 28, 2010

Un encuentro de toda la vida

Composition number two: check!

Today I turned in my second composition for my advanced grammar class. I thought my last composition was top notch, especially after having my Tico mom proof-read it for me, however, I was sadly mistaken. After turning it in, I received it back full of red marks circling little things like adjective and noun agreement and other tedious mistakes. Each composition is 10% of my grade... so this time I decided to go to extreme measures. Yup, I consulted an expert, no, a Spanish super-hero... yes, my cousin Jessica, a native Spanish speaker (we are talking Spain Spanish here.... the real deal), a Spanish major, and current Spanish teacher. After much correcting on her part, I confidently turned-in my second spanish essay. This one is about meeting Winnie three years ago. For those of you who don't know, Winnie lives in Kenya and was my World Vision sponsor child. When I was sixteen I had the opportunity of a life time! I was able to meet Winnie when I traveled to Kenya on a mission trip with Southeast. It was an experience that will forever be listed in my "top ten"... one I will never forget. My Spanish essay retells the story. I have posted it below for my blog readers who can read Spanish (I'd say that consists of about 1% of the people who read this blog... haha). : ]


Un encuentro de toda la vida (The meeting of a life-time)

¿Ha tenido alguna vez una experiencia tan increíble que usted tiene que pensar a sí mismo si fue real o solamente un sueño? Cuando tenía dieciséis años, tuve una experiencia como esta. Tuve la oportunidad de conocer a Winnie, una niña que patrocino. Fue una oportunidad muy increíble porque ella vive en Kenya y yo jamás pensé que tendría la oportunidad a conocerla.

Durante toda mi vida, he tenido un amor por las misiones Cristianas y por los niños, especialmente los que están empobrecidos en otros países. Por eso, cuando tenía quince años, comencé a patrocinar a Winnie. Al principio, Winnie solo tenía seis años y estaba infectada por la SIDA. Pagué treinta dólares cada mes para que pudiese tener una educación, comida sana, agua potable, y asistencia medica. ¡Me encantaba ayudarla! Winnie y yo nos enviábamos cartas para conocernos. Esto continuó durante casi un año hasta que recibí la oportunidad de viajar a Kenya con mi iglesia por dos semanas en una viaje misionero. Estaba tan emocionada de tener esta oportunidad – ¡sería mi primer viaje fuera de los Estados Unidos!

Al principio pensé que no iba a poder visitar a Winnie, porque iba a estar en una zona diferente del país. Pero, mi madre llamó a la organización y pidió si sería posible. Aunque fue un proceso largo y complicado y había muchos obstáculos, al final solucionamos todos los detalles. ¡Quedamos en que sí, conocería a Winnie en persona! Fue un milagro. El plan era que la organización traería a Winnie y a su madre a mi hotel y nos reunimos por una hora. Sería una oportunidad extraordinaria para Winnie también porque ella dormiría en el hotel durante una noche, y sería una experiencia muy diferente para ella porque su familia era muy pobre.

Yo estaba tan ilusionada con esta reunión y pasé mucho tiempo preparándome durante muchas semanas. Mi abuelita cosió un bolso para Winnie que tenía tela de dibujos de animales y su nombre bordado en ello. Le compré una muñeca negra que podía llorar y venía con varios trajes. También le compré tela para su madre. ¡Por fin, el día llegó! ¡La mañana después de llegar a Kenya conocí a Winnie y a su madre! Ellas no podían hablar ingles, entonces, tuvimos que hablar por medio de un intérprete.

Winnie había estado tan emocionada que su madre me dijo que ella no había podido dormir la noche anterior. Era tan amable y un poco tímida. Cuando yo les dí sus regalos, ¡estaban muy sorprendidas y agradecidas! Winnie nunca había tenido su propia muñeca y especialmente no una como esa muñeca. ¡Cuando la muñeca comenzó a llorar, ella no sabía que el ruido venía de la muñeca! Entonces, nos preguntó, “¿Donde está el bebe que está llorando?”. ¡Cuando se dio cuenta que era su propia muñeca, no podía parar de reír! ¡Ellas no se lo podían creer que la muñeca venía con varios trajes, porque la mayoría de la gente en Kenya no tiene tantos trajes! A su madre también le encantó las telas. Ella puso la tela sobre la mesa para verla todo. Y cuando Winnie recibió su bolso con su propio nombre bordado, estaba muy feliz.

Después de recibir sus regalos, hablamos sobre nuestras vidas. Ellas me dijeron como eran sus vidas. Aprendí que Winnie era la más pequeña de una familia grande y su tarea favorita era llevar el agua a la casa. Ella estaba en el primer grado y estaba aprendiendo a leer. Con mi dinero y el dinero de otros patrocinadores en sus comunidades, su comunidad tenía educación para los niños, comida, y otros desarrollos. Por ejemplo, construyeron una maquina para convertir el agua sucio a agua potable. Sus vidas eran muy diferentes que la mía. Pero mi apoyo mensual las ayudaba tener un nivel de vida mejor. Las dos estaban muy agradecidas. A mi me encantó conocerlas y me lo pasé muy bien. Tomamos unas fotos juntas y todavía las tengo en mi habitación. Veo las fotos cada día y me recuerdan a Winnie y oro por ella.

Nunca olvidaré a este viaje y esta experiencia. Solo fue una hora, pero todavía puedo recordarlo como si fuera ayer. Esta reunión profundizó nuestra relación. Antes, ella solo era una foto y un nombre quien necesitaba mi dinero cada mes. Pero después, todo era real. Después, sentí que ella era la niña de mi corazón y también mi amiga. Sus problemas y su vida eran reales e importantes. Desde ese viaje en adelante, continuamos de enviar cartas. Hablamos de esa experiencia con frecuencia. Para siempre apreciaré al recuerdo del día en que conocí a Winnie.

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